domingo, 22 de abril de 2012

Loco

De nada sirve estar rodeado de gente, 
si la soledad eterna es quien te acompaña.
De nada vale salir con la máscara de sonrisas falsas
para cubrir el tedio y el dolor de las horas amargas.

Un día más, un día menos, haciendo lo que detestas
para obtener lo que no necesitas.
Para cumplir con lo que ellos te han dictado es lo correcto, 
haciéndote creer que eres libre con cada cadena echada al cuello.

Plagada nuestra existencia de gente muerta en vida, 
gente que teme no poder antes de intentar.
Afirman que ellos no han podido, no pueden,
ni podrán, tú no has de ser diferente.
Sin mayor problema ondeando la bandera de derrota 
sin siquiera comenzar.

Con risas incrédulas te encomiendan no anhelar el cielo, 
aconsejan no soñar, desear no tanto, no incomodes, 
ni molestes, calla y vuela bajo buscando claros,
solamente agradece no estar arrastrando en el suelo .

Cuando por fin te encuentran hundido y en la normalidad de tantos ya perdido,
no habrás de necesitar ya tus pies, ni manos, 
pues has dejado de ser 'tú' y siendo un 'nosotros',
listo te has de encontrar para sucumbir sin más en el olvido.

No todo lo nuevo es malo, ni todo lo pasado fue bueno. 
No todo lo nuevo es bueno, ni todo lo pasado ha sido malo.

Para evolucionar démosle paso al instinto, 
rasguemos la ropa, la piel y la carne hasta ver brotar la sangre de nuestras venas, 
que nos recuerda que en el pecho habita un corazón sordo
que siente, que vive, que arde sin importar lo duro de las penas.

Si en la vida vas trazando metas posibles, 
cuando haya terminado habrás hecho muchas cosas buenas
 y tal vez conocido un poco de gloria.
Si tu vida vas marcando de metas imposibles, 
cuando esta termine muchos de ti se habrán burlado, 
 pero al haberlas alcanzado habrás hecho del mundo historia.

Sin importar su belleza o su desdicha vida sólo hay una, 
y mientras en mi pecho exista un corazón vivo que arde.
No importará que por no seguirlos me llamen loco, 
si al cumplir mis sueños dejo de ser al igual que ellos 
un mísero cobarde.


F. Andrés Gutiérrez S.

viernes, 13 de abril de 2012

No me culpes

Hola mi amor nos volvemos a encontrar día tras día.

Pero ahora al verte, lo que antes mi vida alegraba, 
ahora sólo es motivo de melancolía.
Puedo notar que ya no hay más de aquella sonrisa que me estremecía, 
tu rostro se ha apagado y tu mirada sólo refleja el crepúsculo. 
Vaya terrible ironía.

Tu caminar seguro y con gracia ha sido arrancado de tu andar, 
tus piernas queman, los brazos duelen
y no hay nadie presto a tu alma consolar.

Me mata y me hiere verte víctima de tan pesada carga, 
pero los errores a nadie perdonan
y es nuestra vida la que paga volviéndose amarga.

Crees que ya no te amo pero te equivocas, 
aún más hoy que nunca lo hago
y tus lágrimas son tan tuyas como mías.
Aunque para ser honesto no logro comprender del todo el motivo de tu llanto, 
ya que eres tú la única dueña de tan cruel desencanto.

Vida mía fueron tus actos y decisiones el procurar tu felicidad y no la mía, 
creíste encontrar en otro corazón lo que yo no te ofrecía, 
pero de injusta pecaste, puesto que vivías en dos corazones
y yo no planeaba ser dueño de tu alma compartida.

Vida mía ya no estés triste
pero tampoco pretendas ignorar lo pasado y suplicar por 
volver a tu vida algo que ya no existe.

Nuestros caminos sin querer separaste,
sin tener idea de mi mano te soltaste
y me hiciste pasar el inmenso dolor del frío y el desconsuelo
y todo por nunca entender que las cosas del amor no son un juego.

Pero vida mía mis caminos he andado,
tanto mías como tuyas nuestras lágrimas todas he llorado
y en mi cielo ya la tormenta terminó
aunque nubarrones de recuerdos adornen el infinito
que pretendía fuera nuestro, pero sólo se quedó.

De luto no vayas por ahí, puesto que mi odio
después de haberte amado tanto no has de merecer.
Por los caminos que andes recuerda
que no todo siempre es lo que ha de parecer.

Ya no llores vida mía ni sufras por la despedida que causa este dolor atroz
y no te atrevas a culpar ni a reclamarme, ten en cuenta
que nuestro amor ni se fue, ni murió, ni desaparece...
Fuiste tú quien lo mató.


F. Andrés Gutiérrez S.

miércoles, 11 de abril de 2012

Noche bella

Noche rara, noche extraña, noche bella.

Un trago tan dulce como amargo. Sentimientos mezclados con alcohol, verdades y desconcierto.
La copa está llena de ilusiones sin oportunidad, siendo tú tan perfecta que es imposible sólo sentir amistad.

Circunstancias y situaciones tan cómplices como siempre, liberando sentimientos que permanecían encarcelados hipócritamente. El calor de la noche, sin importar el tumulto, al sabor de tus labios solos tú y yo, lo demás ya no importa, es sólo un murmullo.

Sólo un beso pequeño y tan profundo, una experiencia nueva. Simplemente lo más bello del mundo.

Labios dulces y tiernos se encendieron las alertas, el corazón late rápidamente porque teme de nuevo abrir sus puertas. Par de corazones tristes y lastimados por pasadas esperanzas muertas.

Doloroso es poner los pies sobre la tierra y cuando la resaca envuelve a la consciencia. Primero me llevas al cielo, pero imposible es ignorar tantas nubes de tormenta.

Aún siendo yo lo que tú esperas, aún siendo tú todo lo que yo deseo, nuestras vidas no encajan, nuestros relojes no comenzaron desde cero.

Amiga mía desviemos las miradas, apaguemos la flama antes del incendio, repitamos que no con la cabeza para ignorar el sentimiento.

Resignación es la palabra encajada en mi cabeza mientras dañada se encuentre mi inocencia.
Tu sonrisa es capaz de dar vida, tu mirada tan honesta y cristalina, por lo cual me aterra perderte y eso no me lo perdonaría. Dejemos de lado la confusión y dolorosamente aceptemos que serás por siempre sólo amiga mía.


F. Andrés Gutiérrez S.

Relato de una batalla

La batalla sigue en pleno auge. Razón y corazón siguen despedazándose y el campo de batalla luce destrozado. Aunque por dentro sufre, por fuera todo esconde con sonrisas  medias.

Los mejores diplomáticos en estos enfrentamientos, aunque en principio ignorados, son los famosos señores Tiempo y Resignación, juntos han apaciguado cualquier conflicto pasado, vigente y, seguramente, futuros.

La guerra es dura, no tiene descanso y los daños colaterales siempre son elevados. No se muestra la más mínima consideración, especulación, ni misericordia hacia el contrario.

Nunca importa cuanto duren las ofensas, los debates, los reproches. Nunca importa cuanto traten de lastimarse  mutuamente. El uno sin el otro no son nada.

El corazón siempre termina abatido, cansado, sucio y sin mayor fuerza que la necesaria para respirar. Empeñado en amar siempre a quien no lo amo, a confiar en quien no debió.

La razón nunca cumple su objetivo, por que ha peleado con quien anhelaba proteger y en su afán a pasos antes de la estrangulación lo ha llevado.

Cuando está guerra haya terminado el campo de batalla podrá reconstruirse, pero jamás será el mismo.
En el corazón el amor agonizante ha dejado huella y aún existe aunque resentido. La razón podrá ver hacia el futuro una vez más, pero en el pasado siempre encontrará motivos para sonreír detrás de quien lo hizo sufrir.

La paz es relativa, el motivo de la guerra aparenta ser olvidado. Por siempre estos dos serán enemigos y por siempre serán aliados.

F. Andrés Gutiérrez S.


Camino

Caminando entre ciegos voy y criticas injustas recibo,
palabras que golpean, a fin de cuentas palabras, a fin de cuentas golpes.

Rodeado de gente que no comprendo por que ciego y sordo para ellos soy.

Iluminado en un mundo de obscuridad o rodeado de luz y estando a oscuras;
simplemente una hoja más al viento... Pero en la corriente equivocada.

Teniendo el poder para cambiarlo todo y sin poder cambiar nada...
Sufriendo por pequeñeces que sin importancia van y lo valen todo.

Un sólo camino y un sólo destino, infinitas formas para caminarlo. 
Magnificando todo a nuestro paso, y al voltear atrás,
sobrevalorando lo que no tiene valor y menospreciando lo que vale.

Bendito quien muere y vive, y no como nosotros que vivimos muriendo.

F. Andrés Gutiérrez S.