viernes, 1 de febrero de 2019

Me seguirás queriendo al amanecer?

Así sin más un día cualquiera, la vida después de tantas vueltas, mis ojos se perdieron en tus ojos, mi pensamiento se llenó de tu sonrisa y mi corazón sintió latir al tuyo cerca y sin avisarme comenzó a seguirte pronto, pero sin prisa.

Una negativa que pareció cerrar una puerta que lucía mínimamente entreabierta, se volvió a abrir un poco con una afirmación tenuemente arrepentida.

Y de pronto la vida nos sujetó de las manos llevándonos por el caudal del tiempo que no tiene salida... Una cita no planeada llena de palabras convertidas en anécdotas, historias del pasado, anhelos y planes efímeros e importantes que le dan forma a un futuro incierto. Risas y miradas que alimentan emociones imperceptibles que de a poco van creciendo. 

No soy lo que tú esperabas, ni tú lo que yo creía. Mi esencia poco a poco va cautivando a tu alma; y tu profundidad y brillo va llamando a la mia. Ese episodio en breves instantes termina.

Ahora qué sigue? Habrá más después de este día? Por qué no? Una segunda cita.

Un salto por la ventana, un baile de improviso, algo sencillo que me acerque más a ti y que a ti te haga mover el piso.

Aún no ha pasado nada? No lo creo, la vida está llena de casualidades. Sin embargo esta parece una de las bonitas... Solo sigamos y a ver que es lo que pasa.

Los días pasan, las charlas siguen, continúo descubriéndote durante horas y horas que a nuestros corazones persiguen.

Llega una noche fría precedida de una pregunta incómoda... Nada que un roce de nuestros dedos, un beso inesperado de mis labios en tus manos y un corazón abierto no consigan aliviar. Terminando con un abrazo honesto y sincero que consigue explotar.

Algo está pasando, ya no lo podemos negar, pero apenas vamos comenzando y la impaciente adrenalina aún no debe llegar.

Un beso pequeño se ha escapado! y luego viene una noche para bailar. Me haces más feliz de lo que esperaba, la noche, la música, tu cuerpo cerca del mío, tus ojos clavados en los míos y tu sonrisa no hacen otra cosa más que ayudar a que un beso con más fuerza e intenso la batalla haya que ganar.

Nuestros cuerpos se vuelven cómplices, nuestras miradas comienzan a decirse cosas sin necesidad de hablar. Algo ha cambiado pues ya no solo te pienso, ahora te he comenzado a extrañar.

Una noche más de baile... Pasa el tiempo y las canciones, entre risas y celos que nos obligamos a disimular. 
Esto se está saliendo de control, hasta que a solas los dos, la pasión amenaza con desbordar.
Besos, caricias, miradas y los vidrios empañados son los que han de atestiguar que por un momento nuestros corazones, cuerpos y almas latieron a la par. Sincronía perfecta a pesar de lo poco ortodoxo del lugar. Todo desapareció en ese instante, solo existíamos tú y yo y nada ni nadie lo podían perturbar.

Vaya historia que hemos vivido y aún seguimos sin saber que es lo que ha de pasar, pues nadie conoce el futuro y solo Dios conoce el final.

Agradezco infinitamente a la vida por cruzar nuestros caminos, porque mis ojos se hayan perdido en tus ojos, porque mi pensamiento se haya llenado de tu sonrisa y mi corazón haya alcanzado al tuyo.
Gracias a ti por las sonrisas regaladas y por decirme tanto con tan solo mirar. Gracias por los besos, los momentos y las caricias que te aseguro no podremos olvidar.

Quisiera tener una bola de cristal y el futuro poder visualizar, para que si un día te pierdo, pudiera la historia a mi favor modificar. 
Pero eso no es posible y solo tengo el aquí y el ahora. 

Por mucho o poco que parezca, por justo o injusto que todo al final pueda suceder. No queda más que disfrutar lo que la vida hoy de ti me pueda ofrecer.
Solo se me ocurre una última pregunta cada una de las noches pensando en ti... 

Me seguirás queriendo al amanecer?

Detalles

Definitivamente uno nunca sabe lo que la vida le tiene preparado justo al instante siguiente al minúsculo acto de abrir los ojos por la mañana al despertar.

Muchas veces y en la mayoría de las ocasiones nos esperan días rutinarios, en los cuales, si no fuera por pequeños detalles, parecerían una copia exacta del día anterior, y este a su vez a uno antes y así sucesivamente, atrapados en un círculo interminable de días.

Sin embargo, esos pequeños detalles marcan el movimiento de la vida, como si fuera un lento, pero constante avanzar de los engranes de un reloj. Pequeños detalles trabajando constante y diligentemente para llevarnos a vivir nuestro destino y a aprender nuestra lección.
Detalles que son simples granos de arena en un reloj que no deja de avanzar, que no para hasta que llega el momento del giro completo y lo único que puedes preguntar es "En qué momento sucedió?"

Y luego recuerdas en como una respuesta al aire fue la que todo comenzó, así como una pequeña chispa que se torna en una gigantezca explosión. Un instante que dura menos de un segundo para que un "Sí" o un "No" en el momento y lugar indicado resuene con tal fuerza en el universo que genera al momento una infinidad de realidades alternas a las que podemos mentalmente visitar invocando un "hubiera" que nada ha de cambiar.

Lo dicho queda grabado en piedra, aunque a veces digamos cosas sin pensar. Pero el universo con eso no juega y una palabra de dos simples letras puede tu vida entera modificar.

Días "especiales" disfrazados de normalidad nos asaltan a diario en nuestro andar.
Una palabra, un gesto, un abrazo, un momento, una persona, un sentimiento o tal vez desde lo más profundo de tu ser nazca un pensamiento que no permitirá que al día siguiente despiertes siendo igual.

Vueltas y vueltas da la vida atrapándonos en el compras de una misteriosa melodía, sorprendente, enigmática y muchas veces a nuestro parecer un tanto incongruente... Pero tarde o temprano el destino se encarga de mostrarnos en todo momento que es sabia e inteligente.