miércoles, 6 de noviembre de 2019

La última carta

Hola.

Hace un año y un día me enamoré de ti... Y aquí estoy, en este mismo lugar que tantos recuerdos me trae, mirando la noche, sintiendo el aire y recordando nuestra historia. 

Recordando cada momento, cada sentimiento y no puedo evitar sentir melancolía una vez más. 

No me arrepiento de nada, absolutamente de nada, ni bueno, ni malo, porque sé que así tenía que pasar... No tengo remordimientos o algún tipo de arrepentimiento, porque todo lo que hice y dije en su momento tenían una razón de ser y siempre actúe pensando que era lo correcto... Si fue bueno o malo, eso siempre dependerá de los ojos con que se mire y de la perspectiva de quién cuente la historia. Pero para ser honesto lo único que odio, es que hoy no estés aquí.

Al día de hoy casi han pasado dos meses desde que terminamos y te he extrañado todos los días, todas las horas, cada minuto que pasa... Sigues clavada en mi corazón.

Al final quién más perdió fui yo, porque te perdí y con ello te llevaste tu presencia, tu energía, tu escencia, tu gran sonrisa, tu carcajada escandalosa, los ojos del alma que hacen en ti una forma peculiar de ver la vida, tus platicas random, los sentidos tan variados que hacen que disfrutes todo lo que te rodea por simple que sea, tu ansiedad que controlaba la mía. 

Se vuelve imposible dar dos pasos seguidos sin recordarte, porque nunca falta en mi camino el lugar al que fui contigo, el aroma que me recuerde a ti, alguna canción o pensamiento que traiga de vuelta tu recuerdo y que me llene de rabia y tristeza, porque a pesar porque de todo lo bonito que era, hoy no estás aquí.

No me malentiendas, estoy bien, siempre he estado bien y siempre estaré bien, hasta que definitivamente llegué mi tiempo y entonces ya no pueda estarlo... Mi vida simplemente regresó al punto exacto dónde no estábamos juntos. Sigo con mis planes, la vida ha seguido muy igual, con sus altas y sus bajas, ya sabes cómo es esto, de esto va la vida y está bien. No me quejo de mi soledad, me encanta estar solo... Solo que me gustaba que tú estuvieras en mi vida, porque si por alguien valía la pena renunciar a mi soledad, era por estar contigo. Realmente me gustaban los días cuando estabas tú.

Solo, hoy quise tomar el tiempo para platicar contigo en esta carta, la cual no estoy seguro de que vayas a leer, porque de alguna manera me convertí en una persona no grata para ti y no lo juzgo, ni pretendo cambiar tu percepción, sea cual sea el concepto que tengas de mi es válido, respetable y si es lo que sientes... Lo merezco. Sé que cometí errores pensando que era lo correcto, al final tuvo un resultado peor al que yo esperaba, pero siempre actúe con honestidad y sin traicionarme a mi mismo.

Hay algo curioso y absurdo... Hace dos meses te dije que te amaba y no fui correspondido... Luego quise arrepentirme de haberlo dicho, no porque no lo sintiera, sino porque no quería que te incomodaras al sentir que era muy pronto. Pero sí lo hice, sí te amaba y te sigo queriendo a pesar de que ya no estés aquí, a pesar de que no terminamos bien.

Eres la mujer que tiene absolutamente todo eso que yo anhelaba, eres un ser humano impresionante y de todo corazón deseo que te esté yendo bien, que todos tus problemas encuentren una salida y aunque no pregunte, aunque parezca que desaparecí de tu vida, siempre pido por ti, siempre te recuerdo y me pregunto qué estarás haciendo, con quién estarás hablando, de qué te estarás riendo y te juro que le pido a Dios que siempre esté contigo, que te guíe y te acompañe en todo momento.

No creo que tú sientas lo mismo que yo en este momento y te juro que no quisiera que lo hicieras, porque es horrible extrañar a alguien como lo hago yo... Ojalá a ti te vaya mejor que a mí en este aspecto y que ya me hayas dejado atrás.
A mí me está costando más seguir adelante y dejar de sentir amor por ti... Pero sé que algún día lo haré, algún día esto se terminará y yo también seguiré.

Mientras tanto, de corazón deseo que, sea lo que sea que estés haciendo en este momento y en todo lo que vayas a hacer en tu futuro, seas feliz... Siempre y en todo momento, sé feliz.

Cuídate mucho mis ojitos del alma... Nos veremos por ahí, en algún lugar, en esta vida o en las que siguen.

Con cariño, Andrés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario